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Centro Rivadavia

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INFORMACIÓN

Foto del escritor: Centro RivadaviaCentro Rivadavia

Actualizado: 8 jun 2020


Una metáfora proveniente de la Terapia de Aceptación y Compromiso compara a la ansiedad con un monstruo que vive y se alimenta de adrenalina. Cuando algo nos avisa que hay un peligro, como entrar en una escalera mucho más empinada de lo esperado, realizamos una descarga automática de adrenalina y el monstruo que estaba dormido se despierta y logra que de forma automática nos agarremos a la barandilla y nos ayuda a no caernos. Nos damos cuenta de que tenemos el monstruo dentro y que se ha quedado, porque mientras digiere la adrenalina está fuerte ya que todavía le queda alimento para vivir. Cuando pasa el tiempo sin que veamos un nuevo peligro el cuerpo recupera su nivel normal de adrenalina y el monstruo se hiberna, porque no tiene suficiente alimento.

Cuando es el propio monstruo el que nos da miedo y lo queremos echar del cuerpo, y luchamos para que desaparezca de inmediato, volvemos a hacer otra descarga de adrenalina para poder hacer el esfuerzo de luchar contra él. El monstruo, encantado porque tiene más alimento, crece y se hace más amenazador, nos dice que va a comernos el cerebro, que nos va a dañar el corazón, y la garganta nos la va a paralizar para siempre. Si aceptamos al monstruo en nuestro cuerpo y no hacemos nada para que se vaya, dejaremos de darle alimento y el monstruo morirá de inanición.

Siempre viviremos el riesgo de que no se vaya, porque no estamos haciendo nada para conseguirlo. Tendremos que acostumbrarnos a escucharle decir "¿y si no me voy y te da un ataque al corazón o te vuelves loco, o se te bloquea la garganta para siempre?" y, tendremos que no hacer nada de lo que implícitamente dice: "¡lucha!, ¡huye! ¡no tragues! ¡no pienses! ". Y eso pese al miedo que sentimos.

Como siempre que repetimos algo, acabaremos haciéndolo automáticamente y sin darnos cuenta ni siquiera de lo que está ocurriendo. Como en todo proceso de habituación es imprescindible que los sucesos se repitan durante mucho tiempo para que esto ocurra. Todos sabemos que los hombres somos capaces de habituarnos a las condiciones de vida más difíciles, solamente necesitamos tiempo y querer hacerlo, es decir, exponernos a ellas sin huir. Teóricamente podemos nosotros mismos exponernos a los estímulos que tememos, pero nuestros miedos son tan inteligentes como nosotros mismos y les es muy fácil engañarnos, por eso primero tenemos que identificarlos y después creer y tener la convicción de que necesitamos cambiar y para ello es preciso la ayuda de un terapeuta.


Qué es la ansiedad: la ansiedad es una reacción automática que nos prepara para enfrentarnos a una amenaza.


En este sentido es una emoción y se parece a otras muchas emociones.



Por tanto la ansiedad puede ser una reacción sana cuando nos ayuda eficazmente a enfrentarnos a una amenaza real; pero puede no ser tan sana en otras muchas ocasiones.


  •  Ansiedad sana: la asociada a miedos que nos preservan la vida. Podemos haberlos aprendido por observación o por propia experiencia; pero también nacemos con muchos otros que heredamos a través de la evolución de la especie, como los, miedos de ancestrales o miedos de desarrollo (oscuridad, separación, terrores nocturnos, etc.

  •  Ansiedad patológica: La que no es eficaz, la que nos afecta a la vida haciéndonos infelices, como las fobias (fobias sociales, agorafobia), obsesiones, manías. Puede tratarse de una ansiedad ligada a una situación o un estímulo concreto o puede ser generalizada.

    •  Donde empieza lo patológico a veces es difícil de determinarlo: ejemplo, miedo a la muerte vs hipocondría.


En esta página verás:

  • ¿Control de la ansiedad? Controlar la ansiedad puede parecer en principio una buena alternativa, sin embargo podemos empezar con que la ansiedad no nos controle a nosotros.

La alternativa más avanzada para trabajar con las emociones y en concreto con la ansiedad.

Visión desde ella de algunos métodos terpéuticos que se utilizan normalmente:

Métodos más generales:

Hoy día la psicología es una ciencia empíricamente basada, es decir, basada en experimentos que cualquiera pueda hacer y comprobar que obtiene los mismos resultados que quien los inició. Es en este marco en el que nos vamos a mover en esta exposición alejándonos de la psicología más especulativa.



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Actualizado: 8 jun 2020


Vivimos en una sociedad que fomenta el consumo generalizado de todo tipo de bienes y servicios, que no estrictamente son necesarios para vivir, sino que tienen como fin sentirse parte, ser, pertenecer. Debemos comprender los consumos de sustancias psicoactivas entre los jóvenes, dentro de un marco en el que, por un lado se experimenta la presión por consumir más ciertos objetos -tecnología, ropa, viajes, etc.- pero al mismo tiempo, se castigan otros consumos, como los de sustancias psicoactivas. Hay distintos tipos de consumos de sustancias psicoactivas: pueden ser experimentales, ocasionales o frecuentes. Hablamos de consumos no problemáticos cuando no afectan significativamente nuestras relaciones ni las actividades que realizamos. Por el contrario, hablamos de consumos problemáticos cuando afectan negativamente y en forma ocasional o crónica, aspectos de nuestra vida, como ser: nuestra relación con amigos, pareja o familia, nuestra salud psíquica o física, o nuestro desempeño en el trabajo o los estudios. De las personas que consumen sustancias psicoactivas, la mayoría no tiene consumos problemáticos. No obstante, es importante tener en cuenta que usar sustancias psicoactivas, cualquiera sea, tiene riesgos.



Tengamos en cuenta


Las sustancias psicoactivas son todas aquellas que tienen acción sobre los seres vivos y que incorporadas al organismo producen un cambio. Hay distintos criterios para clasificarlas. Desde el punto de vista de su origen, hay sustancias psicoactivas naturales y otras que se producen artificialmente. Desde el punto de vista farmacológico y el efecto que tienen a nivel del sistema nervioso central, hay sustancias:

Estiumulantes: estimulan la actividad mental y nerviosa. Aquí se encuentran las anfetaminas y metanfetaminas como el éxtasis, cocaína (clorhidrato de cocaína), la pasta base, paco, crack, nicotina, cafeína.

Depresores: Producen relajación y depresión de la actividad mental. Aquí están incluidos los derivados naturales y sintéticos del opio, los barbitúricos, benzodiacepinas (diazepan, lorezepan), disolventes volátiles como los pegamentos, y el alcohol.

Alucinógenos: producen alteraciones de la sensopercepción, del humor y de la conciencia. Incluyen LSD, ayahuasca, mezcalina, hongos alucinógenos.

Cannabinoides: tienen una capacidad estimulante, depresora y alucinógena según la dosis y la vía de administración. Incluyen la marihuana y el hachís

Desde el punto de vista legal, diferenciamos entre sustancias lícitas e ilícitas.

Las sustancias lícitas o legales, como el alcohol, el tabaco y los medicamentos, son sustancias permitidas y socialmente aceptadas, lo que no quiere decir que sus efectos sean menos nocivos.

Las sustancias Ilícitas o ilegales están prohibidas de acuerdo con la legislación actual. Entre ellas se encuentra el cannabis, la cocaína, el MDMA o éxtasis, la pasta base de cocaína, el LSD.

En síntesis, las sustancias en sí no son el problema, sino el uso que se hace de ellas y los motivos que llevan a una persona a utilizarlas. Es decir, debemos prestar principal atención a la interacción entre la sustancia, el sujeto y el contexto. Usar sustancias psicoactivas, cualquiera sea, tiene riesgos. Al mismo tiempo los sujetos, los grupos, generan prácticas de cuidado en relación a disminuir esos riesgos.



Fuente: www.hablemosdetodo.gob.ar

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Actualizado: 8 jun 2020

Todos nos sentimos estresados en algún momento u otro. Es una reacción normal y saludable a un cambio o desafío. Pero el estrés que continúa por más de unas cuantas semanas puede afectar su salud. Evite que el estrés lo enferme aprendiendo maneras saludables para manejarlo.

Información APRENDA A RECONOCER EL ESTRÉS El primer paso para manejar el estrés es reconocer la presencia del estrés en su vida. Todo el mundo experimenta el estrés de manera diferente. Es posible que se enoje o esté irritable, que no pueda dormir o que sufra dolores de cabeza o malestar estomacal. ¿Cuáles son las señales del estrés en usted? Una vez que conozca las señales que debe buscar podrá comenzar a manejarlo. Adicionalmente, identifique las situaciones que pueden provocarle estrés. Estas situaciones se conocen como tensionantes. Sus tensionantes pueden ser la familia, la escuela, el trabajo, las relaciones, el dinero o los problemas de salud. Una vez que comprenda de dónde viene su estrés podrá idear maneras con las cuales lidiar con sus tensionantes. EVITE EL ALIVIAR EL ESTRÉS DE MANERAS POCO SALUDABLES Al sentirse estresado, usted puede recurrir a comportamientos poco saludables que lo ayuden a relajarse. Estos comportamientos pueden incluir:

  • Comer en exceso

  • Fumar cigarrillos

  • Beber alcohol y consumir drogas

  • Dormir demasiado o no dormir lo suficiente

Estos comportamientos pueden ayudarle a sentirse mejor en un principio, pero pueden hacerle más daño de lo que ayudan. En lugar de ellos, utilice los consejos que se presentan a continuación para encontrar maneras saludables de reducir el estrés. ENCUENTRE TÉCNICAS SALUDABLES PARA MANEJAR EL ESTRÉS Existen muchas maneras de manejar el estrés. Pruebe algunas para averiguar cuáles funcionan mejor para usted.

  • Reconozca las cosas que no puede cambiar. Aceptar que no puede cambiar ciertas cosas le permite dejarlas ir y no alterarse. Por ejemplo, no puede cambiar el hecho de que debe conducir durante la hora pico. Pero puede buscar maneras de relajarse en el trayecto, como escuchar un podcast o un audiolibro.

  • Evite las situaciones estresantes. Siempre que le sea posible, aléjese de la fuente del estrés. Por ejemplo, si su familia discute en los días festivos, dese un descanso y salga a caminar o a dar una vuelta en el auto.

  • Haga ejercicio. Realizar actividades físicas todos los días es la mejor y más fácil manera de lidiar con el estrés. Al hacer ejercicio, su cerebro libera químicos que lo hacen sentir bien. También puede ayudarle con su energía reprimida o su frustración. Busque algo que disfrute, ya sea caminar, montar en bicicleta, jugar softball, nadar o bailar, y hágalo por al menos 30 minutos la mayoría de los días.

  • Cambie su perspectiva. Intente desarrollar una actitud más positiva ante los desafíos. Puede hacerlo reemplazando los pensamientos negativos con pensamientos más positivos. Por ejemplo, en lugar de pensar, "¿por qué siempre todo sale mal?", cambie esa idea por, "puedo encontrar una manera de superar esto". Puede parecer difícil o tonto en un principio, pero podría descubrir que esto le ayuda a dar un giro a su perspectiva.

  • Haga algo que disfrute. Cuando el estrés lo tenga decaído, haga algo que disfrute para ayudar a ponerlo de pie de nuevo. Puede ser algo tan simple como leer un buen libro, escuchar música, ver su película favorita o salir a cenar con un amigo. O comience un nuevo pasatiempo o clase. Sin importar lo que elija, intente hacer al menos una cosa al día que sea solo para usted.

  • Aprenda nuevas maneras para relajarse. La práctica de técnicas de relajación es una gran manera de lidiar con el estrés del día a día. Las técnicas de relajación le ayudan a disminuir el ritmo cardíaco y reducir la presión sanguínea. Existen muchos tipos, desde respiraciones profundas y meditación hasta yoga y taichí. Tome una clase o intente aprender de libros, videos o recursos en línea.

  • Conéctese con sus seres queridos. No deje que el estrés se interponga entre usted y su vida social. Pasar tiempo con familiares y amigos puede ayudarle a sentirse mejor y olvidarse del estrés. Confiar sus problemas a un amigo también puede ayudarle a resolverlos.

  • Duerma lo suficiente. Descansar suficientemente durante la noche puede ayudarle a pensar con más claridad y a tener más energía. Esto hará que sea más fácil manejar cualquier problema que pueda surgir. Intente dormir entre 7 y 9 horas todas las noches.

  • Mantenga una dieta saludable. Comer alimentos saludables ayuda a darle energía a su cuerpo y su mente. Evite los refrigerios con altos contenidos de azúcar y consuma muchas verduras, frutas, granos integrales, lácteos reducidos o libres de grasas y proteínas magras.

  • Aprenda a decir que no. Si su estrés viene de realizar demasiadas tareas en casa o en el trabajo, aprenda a establecer límites. Pida ayuda a los demás cuando la necesite.


RECURSOS Si siente que no es capaz de manejar el estrés por sí mismo, es posible que desee hablar conun terapeuta o asesor que puede ayudarle a encontrar otras maneras de lidiar con el estrés.



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